
La diabetes es una enfermedad crónica de gran importancia debido a su alta prevalencia y su impacto en la salud pública. Afecta especialmente a poblaciones en riesgo como personas con antecedentes familiares, sobrepeso o malos hábitos alimenticios. Su evolución suele ser silenciosa, por lo que muchas veces se detecta cuando ya existen daños significativos en el organismo. Con el tiempo, puede provocar complicaciones graves e irreversibles como ceguera, insuficiencia renal, neuropatías y enfermedades cardiovasculares. Estas consecuencias deterioran progresivamente la calidad de vida del paciente. Además, limita la capacidad funcional, la autonomía y puede reducir considerablemente la esperanza de vida. Una vez que estas complicaciones aparecen, no existe forma de revertir el daño. Por eso, la prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales. Controlar los factores de riesgo puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una cargada de limitaciones.
La cetoacidosis diabética es una complicación grave y aguda de la diabetes, que, si no tenemos el cuidado suficiente, podemos determinar la evolución desfavorable del paciente e incluso su muerte; de este hecho radica la importancia de afinar los mecanismos para el diagnóstico preciso y brindar el tratamiento adecuado oportunamente.
En estas cuatro semanas, vamos a tener la oportunidad de profundizar nuestros conocimientos sobre este tema, en cuatro unidades semanales de avance.